¿Por qué nos aconsejamos continuamente ver una u otra película? En mi opinión está bastante claro: algunas de ellas, pueden decirnos cosas realmente importantes, pueden de hecho cambiarnos la vida.
Cuando comencé a ver Lunas de Hiel, no imaginaba la repercusión que iba a tener sobre mi. No sólo los diálogos y acciones llevados al extremo, sino lo que yo imaginaba que podía o no pensar cada uno de los protagonistas me mantuvo en una tensión más que preocupante. Sin embargo, Polanski se encargó magistralmente de desvelarme este continuo misterio. No de algún modo, sino de muchos, me sentí horrorizado, pensando en que yo mismo podría sufrir una situación parecida en la vida real. La película me hizo plantearme las relaciones sentimentales de un modo mucho más abierto, más peligroso, y definitivamente, más real.
Algo parecido me ocurrió con Eyes Wide Shut. Inquietante el diálogo final entre Tom Cruise y Nicole Kidman, más aún cuando ella pronuncia la última palabra, con la que el maestro Kubrick se despidió de todos nosotros: “follar”.
No puedo comprender, como personas que, bien han llorado viendo Titanic, bien han tuneado
No hay comentarios:
Publicar un comentario